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miércoles, 12 de marzo de 2014

LA CONQUISTA DE SÍ MISMO, EN BUSCA DEL SENTIDO


Alejandro Serna Kubli


En la vida he tenido que enfrentar diversas situaciones de las que me ha costado mucho trabajo salir adelante. Hace 10 años viví la experiencia más fuerte contra la vida misma; ganar la batalla contra el cáncer. Lamentablemente en nuestra sociedad cuando un paciente es diagnosticado con cáncer, inmediatamente asociamos la palabra cáncer con muerte, sintiéndonos derrotados antes de comenzar la batalla.

Creo que en la vida no existen límites y que los obstáculos más grandes que se nos presentan a lo largo de nuestra existencia tienen solución y en la mayoría de las veces nosotros mismos somos la causa de nuestros problemas y sin darnos cuenta, en nuestras manos está la solución. He aprendido que para vencer los obstáculos de la vida, sólo se necesita tener voluntad, decisión, perseverancia, actitud positiva, fortaleza, humildad y sobre todo: estar enamorado de la vida.

He escuchado con el pasar de los años a todo tipo de montañistas decir: ¡voy a conquistar la cumbre! Y como en todos los casos que una persona decide emprender un reto, son muchos los que sueñan con hacerlo pero pocas los que tienen actitud y decisión de enfrentar el reto de su vida. Son muchos los que intentan y en los primeros intentos decide que no están hechos para enfrentar el reto. El gran reto es descubrir tu potencial, descubrir que eres capaz de hacer, hasta dónde llegar, y es sorprendente descubrir las capacidades que tienes guardadas como ser humano, hasta el punto de llevar a tu cuerpo a donde tu espíritu quiera llegar.
 
Ahora los invito a subir la montaña del éxito y encontrar el sentido de la vida. El primer escalón que subiremos está en la base de la montaña; la voluntad.

La Voluntad

Es una actitud que me ha acompañado toda mi vida especialmente en el evento que la cambió radicalmente; enfrentar la enfermedad del cáncer. Me costó mucho trabajo superarlo, pero una vez que tomé la decisión de querer vivir plena he intensamente, cada día, me levanto con la fuerza de voluntad para hacer de este día el mejor de todos. Es vivir plenamente tu presente, tú momento; el ser y estar aquí formando parte de la creación.

Todo lo que emprendemos en nuestras vidas requiere de Voluntad para enfrentar los diferentes retos y roles que implica la vida misma.

Recuerdo, estando en campo alto del Alpamayo en la cordillera Andina, mirar la inmensa pared vertical de hielo de más de 550 metros de altura. Escalar esta pared requiere de mucha fuerza de voluntad, desgaste físico y soportar las temperaturas por debajo de los menos veinte grados centígrados. Esto hace que la voluntad se empiece a derrumbar porque es más fácil renunciar y regresar y evitar el sufrimiento. La voluntad es una fuerza que surge del centro de tus emociones, que alimenta los sueños de cada día y cuando te aferras a ella con coraje y decisión puedes lograr cosas inimaginables, como alcanzar la cumbre del Alpamayo.

Cuando decidimos enfrentar un reto tenemos dos opciones: luchar hasta el final o renunciar al intentarlo. Con fuerza de la Voluntad podemos estar seguros de encontrar el éxito que va acompañado de un sin números de actitudes positivas como la perseverancia, la fortaleza, la tenacidad, la humildad, la sensibilidad ante lo sublime y otras más. En cambio, cuando renunciamos, lo acompañamos de las actitudes negativas como la pereza, la flojera, las excusas, sentimientos de fracaso, impotencia y muchas otras.

Decisión

A lo largo de nuestras vidas tomamos diversas decisiones que cambiaran el rumbo de nuestras vidas llevándolas a través de los diferentes senderos de la vida misma. La montaña me ha enseñado a realizar está practica en cada ascenso  o expedición que realizo.

Mi vida ha estado marcada por tomar decisiones que han cambiado el rumbo de mi vida, decisiones que en ocasiones no han sido las más correctas pero que han servido  para aprender de los errores; decisiones que me han llevado a experimentar la aventura más importante, vivir intensamente y agradecido por el milagro de la vida.

Como en la montaña, en la vida, hay que tomar decisiones, arriesgarse, aventurarse a descubrir de que somos capaces, decidir a explorar lo inexplotable, decir que cada día es una nueva oportunidad de ser mejor ser humano. No hay que quedarse pasivo viendo el tiempo pasar, hay que decidir hacer algo por nosotros mismos, disfrutar de tu trabajo, de tus amigos, arriesgarse pese a poder tropezar; y aún así, el equivocarse es una bendición porque de los tropiezos aprendemos. Decidirse a ser felices es nuestra verdadera misión.

Perseverancia

Después de haberme repuesto de las quimioterapias empecé a visitar las faldas del volcán Iztaccihuatl. El aire fresco, la tranquilidad y la paz que encierra el estar en ese entorno natural me hacia sentir mejor física y espiritualmente. Poco a poco ascendía por la pendiente mirando a lo lejos el glaciar de la cumbre añorando estar algún día en la cima; fueron muchos mis intentos por llegar a acercarme a los glaciares siempre teniendo como resultado un cansancio extremo, y en muchas de las ocasiones acompañado de caídas que hacían sentirme derrotado.

Este sentimiento de fracaso era el que me impulsaba a intentarlo de nuevo; y así, el ser perseverante y regresar cada semana a la montaña me ayudó a desarrollar rápidamente una condición física de notable mejoría, ( los daños de las quimioterapias seguían causando estrago en todo mi cuerpo). Por más de dos años visité La mujer dormida, siempre intentando subir un poco más, fijándome un nuevo reto hasta que un buen día, venciendo el cansancio, la fatiga y las temperaturas bajo cero encumbré la cima del Iztaccihuatl; ahí en la cumbre, sólo y con mis emociones me pude dar cuenta que gracias a la perseverancia y a una actitud positiva puede llegar a la cumbre de mi querido Iztaccihuatl.

La perseverancia es hermana de la fortaleza, es un esfuerzo continuado, un valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto; no importa cuantas veces te caigas, lo importante es levantarte y volverlo a intentar, y si te caes te vuelves a levantar, y si te vuelves a caer te vuelves a levantar.

He aprendido que cuando abrazas un sueño la perseverancia llega sola, por eso es importante abrazar los sueños para poder alcanzar la cumbre de tu montaña.
La perseverancia es una señal de seguridad y no se debe confundir con la rutina. Su valor radica en la superación de los obstáculos y su principal problema es que no somos constantes en nuestras acciones, debemos perseverar para emprender metas y poder cumplirlas; ser consistentes diciendo lo que se piensa y pensando lo que se dice, y mantenernos firmes en ello.

Actitud Positiva

He mencionado actitud positiva ¿pero como se obtiene? (Preguntar al público para que participen) (Contar anécdota de los tres alpinistas ingleses que no pudieron llegar ala cumbre del Alpamayo)

Aquí les platico como fue el ascenso al Alpamayo durante los veinticuatro días que duro el tracking por los glaciares andinos. Durante las caminatas en los glaciares encontré a un grupo de ingleses que venían de regreso del Alpamayo. Fue una sorpresa que me dijeran estos alpinistas que no hubieran podido llegar a la cumbre del Alpamayo. Fue un momento difícil saber que este grupo de escaladores no hubieran logrado llegar a la cumbre del coloso de hielo.  (Aquí analizamos que les falto a estos alpinistas para llegar a la cumbre) y cuento como con la Actitud Positiva se puede llegar a la cumbre de la montaña.

Fue en la cordillera andina en el invierno del 2008. Después de una semana de traking por los glaciares andinos me encontré con un grupo de alpinistas ingleses,  que venían de Campo Alto cerca de la falda del imponente Alpamayo, me dio alegría encontrarlos y estrechar sus manos, tenía una semana de no ver a ningún ser humano en los inmensos glaciares, así que la emoción de haberlos encontrado en el camino no la pude disimular. Mi primera pregunta fue ¿vienen del Alpamayo? Sí, respondió uno de ellos, ¿y cómo les fue, hicieron cumbre, llegaron a la cima de la imponente montaña? - pregunté, uno de ellos respondió: no, es una montaña imposible, es para locos y es una pared de hielo muy vertical que mide más de 500 mts de largo, no estamos hechos para esa montaña es sumamente difícil de escalar. El comentario de aquel inglés hizo que mi alma se estremeciera, ver a esos tres hombres perfectamente bien preparados; recuerdo que cuando estreché sus manos quedé impresionado por su tamaño, eran realmente muy altos, con un cuerpo atlético bien desarrollado y por si fuera poco llevan el mejor equipo técnico para escalar en hielo: buenas botas, piolets, bastones, cuerdas, ropa térmica de la mejor marca, etc. Pero no pudieron llegar a la cima del Alpamayo. Mi primer cuestionamiento fue si estos tres enormes hombres no pudieron hacer la cumbre, ¿Qué me espera a mí? Un delgadito mexicano con un equipo de medio uso. Me sentí desolado al verme en medio de los glaciares sólo acompañado de mi porteador y en medio de la nada. Decidí no pensar más en ello y continué mi marcha……

La actitud positiva se obtiene cuando crees en tí, cuando crees que no hay limites, cuando das lo mejor de tí, y cuando estas convencido que naciste no sólo para triunfar, sino para triunfar al extremo.

Fortaleza

Después de las quimioterapias mi cuerpo se encontraba totalmente debilitado, recuerdo que en las ultimas sesiones ya no era capaz de levantarme y mi papa era quien se encargaba de sacarme del hospital (literalmente lo hacia en condición de bulto), las piernas dejaban de responderme y hasta el aire que respiraba me provocaba dolor en el pecho.
Se tiene que tener fortaleza para poder seguir adelante, fortaleza para aferrarse a la vida.

La fortaleza es indispensable para consolidar cualquier proyecto, ya que sirve para levantarnos cuando nos caemos, para mantenernos firmes, ¿pero como se obtiene?.

Analizando nuestras capacidades y reconociendo nuestras habilidades.

Humildad

Hace 10 años sentí que la vida se me escapaba de las manos, todo lo que había construido se derrumbaba en unos cuantos días, me enojé con la vida, con Dios y conmigo mismo. En los momentos de soledad y con la enfermedad del cáncer en proceso, me dí cuenta de que realmente no me conocía y no podía aceptar mi condición, sólo pensaba en mí y vivía sin amor.

Unos días antes de la cirugía fui a la montaña tratando de ser un poco humilde ante tanta adversidad, un paso importante que di fue el aceptarme con lo que tenía, aceptar la posibilidad de morir, así que decidí conocerme, a no pensar sólo en mí y vivir con amor.

La humildad se obtiene de conocerse,  aceptarse,  olvido de si, y darse.

Conocerse. Primer paso: conocer la verdad de uno mismo.

“Conócete a ti mismo”. Donde hay humildad hay sabiduría. Sin humildad no hay conocimiento de sí mismo y, por tanto, falta la sabiduría.

La soberbia, que siempre está presente dentro del hombre, ensombrece la conciencia, embellece los defectos propios, busca justificaciones a los fallos. No es infrecuente que, ante un hecho claramente malo, el orgullo se niegue a aceptar que aquella acción haya sido real, y se llega a pensar: "no puedo haberlo hecho", o bien "no es malo lo que hice", o incluso "la culpa es de los demás".

Aceptarse. Una vez que se ha conseguido un conocimiento propio más o menos profundo viene el segundo escalón de la humildad: aceptar la propia realidad. Resulta difícil porque la soberbia se rebela cuando la realidad es fea o defectuosa.

 Aceptarse no es lo mismo que resignarse, si se acepta con humildad un defecto, error, limitación, se sabe contra qué luchar y se hace posible la victoria.

Olvido de sí. El orgullo y la soberbia llevan a que el pensamiento y la imaginación giren en torno al propio yo. Muy pocos llegan a este nivel. La mayoría de la gente vive pensando en sí mismo, "dándole vuelta" a sus problemas. El pensar demasiado en uno mismo es compatible con saberse poca cosa, ya que el problema consiste en que se encuentra un cierto gusto incluso en la lamentación de los propios problemas. El olvido de sí no es lo mismo que indiferencia ante los problemas, se trata más bien de superar el pensar demasiado en uno mismo.

En la medida en que se consigue el olvido de sí, se consigue también la paz y alegría. Es lógico que sea así, pues la mayoría de las preocupaciones provienen de conceder demasiada importancia a los problemas, tanto cuando son reales como cuando son imaginarios. El que consigue el olvido de sí está en el polo opuesto del egoísta, que continuamente está pendiente de lo que le gusta o le disgusta. Se puede decir que ha conseguido un grado aceptable de humildad. Las cosas que ocurren, tristes o alegres,  ya no te preocupan, te ocupan.
Darse. Este es el grado más alto de la humildad, porque más que superar cosas malas se trata de vivir la caridad, es decir, vivir el amor. Si se han ido subiendo los escalones anteriores, ha mejorado el conocimiento propio, la aceptación de la realidad y la superación del yo como eje de todos los pensamientos e imaginaciones. Si se mata el egoísmo se puede vivir el amor, porque o el amor mata al egoísmo o el egoísmo mata al amor.
Un lugar donde frecuentemente veo que se da mucho la humildad es precisamente en la montaña, la mayoría de los alpinistas dan lo mejor de sí ante un hermano que lo necesite. Para llegar a la cumbre de la montaña hay que subir con humildad, subir ligeros de carga y para eso es necesario subir y subir para ir dejando en el camino lo que no nos sirve, llegar más ligeros a la cumbre y disfrutar del logro obtenido.

El sentido a la vida se encuentra en las cosas sencillas, como la alegría, la gratitud y la esperanza.

Saquemos también de nuestra mochila la tristeza; esta suele ser muy pesada y hace que nuestro corazón pierda rápidamente la esperanza de poder llagar a la cumbre; agreguemos a nuestra mochila la alegría. Cuando hemos decidido emprender un reto en nuestra vida la alegría nos va a dar la motivación para permanecer luchando hasta lograrlo. Ésta la podemos conseguir cada mañana al despertar y ver la maravilla de cada amanecer, al reconocer que estamos vivos, que fuimos elegidos para formar parte de la creación, que tenemos la oportunidad de seguir adelante en nuestras vidas, no escatimen la alegría en sus mochilas, está no pesa, si no encuentran donde acomodarla pueden llevarla en su corazón.

La alegría es un ingrediente tan hermoso,  nos hace sentir bien, nos hace vernos bien, hace bien a los demás, es altamente contagiosa.

Gratitud

Tiremos de nuestra mochila los resentimientos y los enojos, ocupan mucho espacio en nuestra mochila, arrojémoslos a un gran barranco de donde no los podamos volver a sacar, acomodemos en su lugar  la gratitud esta no pesa y nos abrirá muchas oportunidades en nuestro camino hacia la cumbre.

¿Cómo se consigue?  Viendo, escuchando, sintiendo cada una de las cosas y personas que se encuentran en nuestro derredor, reconociendo su valor y utilidad en nuestra vida. El sol que nos ilumina y nos calienta, las plantas que nos alegran con su colorido, los animales que nos alimentan, los padres que nos protegen, los amigos con los que compartimos, los amores que disfrutamos…

Es muy importante sentir profundamente está acción de gracia por la presencia de la vida, que contiene dentro de ella misma todas las cosas. Solamente tienes que estar agradecido a la vida por todo lo que ella es y contiene. La misma presencia de la vida nos capacita para hacer las cosas de las cuales estamos concientes y deseamos hacer, porque no podemos movernos sin está presencia, no podemos ni pensar sin ella. En la expresión de amor divino no hay probablemente un matiz de este amor que atraiga más bendiciones que la expresión de gratitud.

Esperanza
Ahora estamos listos; ya amaneció y el cielo está despejado, nuestras mochilas están ligeras, hemos dejado mucho peso atrás, ataquemos la cumbre y disfrutemos de una vida plena y de felicidad. Fuimos creados para ser felices, para dar lo mejor de nosotros mismos y compartir lo aprendido durante el camino. No hay límites ni imposibles sólo caminos difíciles de andar. Sean libres y elijan la montaña que desean escalar y lleven a su cuerpo donde su espíritu quiera estar.
En cada uno de ustedes hay un alpinista escondido, libérenlo y lleguen a la cima de su montaña, escalen la montaña de la vida y carguen sólo con lo necesario y lleven a sus espaldas la mochila de la felicidad.

En el presente en el aquí y él ahora se encuentra la magia del verdadero sentido de la vida.     

El Hoy
Hoy; después de haber vencido al cáncer, de haber perdido parte del esófago, el estómago completo, un metro de intestino delgado y el vaso, lucho contra la osteoporosis y contra la anemia.  Sin duda alguna éste es el reto más importante de mi vida, la conquista de mí mismo en busca del sentido.

Mientras vivas, tienes una oportunidad.

                            ¡No Conquistas La Montaña; Te Conquistas a Ti Mismo!


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